Siempre, sí y no.

A las 0:12H de un jueves/viernes cojo el portátil y doy rienda suelta a mis dedos, a mis pensamientos, a las palabras...

Mañana es día laboral, tengo que estar al pie del cañón, cansarme, ser un títere más, una obrera más de la cadena de montaje. Y me pregunto: "¿Me merece la pena?" La respuesta: sí. Sí, pero no por el presente, sí, por el futuro.

El pasado, pasado queda, pero, me lamento. A día de hoy me lamento de haber estado ciega. De haber llevado un antifaz opaco que sólo me permitía vislumbrar la realidad.

Decepciones, cansancio, indiferencia, dejadez...
Así, hoy.
¿Se acabó? No, esto no ha hecho más que empezar.

¿Te cuidas? -No.                                                                  ¿Te cuidan? -Ahora sí.
¿Te quieres? -No.                                                                 ¿Te quieren? -Ahora sí.
¿Te valoras? -No.                                                                 ¿Te valoran? -¿Me lo merezco?

Palabras que, a simple vista, no están conectadas, pero hoy sí, hoy lo están más que nunca.

Dejas de lado a personas que quieres por quedarte en casa, mirando al techo, llorando y lamentándote de todo lo que estás viviendo. ¿De verdad quiéres acabar así la noche? ¿No prefieres cerrar los ojos y dejar que pase? -Sí y no.

Siempre, sí y no.


0:21H

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