Año de cambios, de afrontar miedos, salir de la zona de confort.
Terapia, mi gran amiga. Y mi psicóloga... sin duda ha sido lo mejor que he hecho este año.
Mis miedos siguen apareciendo, pero cada vez son menos intensos.
Sigo conociendo gente nueva, también sigo dejando personas por el camino,
pero no aportan, más bien, quitan.
Cada día veo que la "responsabilidad afectiva" escasea, brilla por su ausencia.
¿Por qué no somos capaces de decir "no"?
Duele, y sigue doliendo aunque cada día sea menos.
Te hacen sentir mal, sientes que tienes la culpa de la situación, y no es así.
(Se nota que me han vuelto a hacer lo llamado "ghosting".)
Año de alegrías para la familia, felicidad.
Año de miserias para mí, aunque solo seamos consciente de ello mi mejor amigo y yo.
Me han destrozado, hecho reír, viajar, conocer sitios nuevos...
Me he enfrentado a cosas que nunca creí que fuese capaz de hacer.
He viajado sola: impensable.
Sigo independizada: un logro.
Conozco gente nueva: ansiedad que va desapareciendo.
He desvirtualizado a personas maravillosas, y todavía quedan muchas otras por abrazar por primera vez.
Escribo esto mientras tengo los ojos llenos de lágrimas.
Felicidad y asco ante la sociedad que me voy encontrando a mi paso; menuda mezcla.
Gracias a los que seguís en mi vida.
Adiós a los que he decidido que no lo merecíais. Sí, adiós.
¿Renaceré?
PD: En la entrada recopilatoria de 2020 pongo que mi año comenzó el 28 de septiembre, y lo mantengo, pero también dejo por escrito que estaba SOLA (sin pareja). NO ESTOY SOLA, estoy más acompañada que nunca (aunque siga soltera). Gracias a mis acompañantes.
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